El
terror es estar solo un domingo a la noche sin que nadie atienda tus llamadas.
Es
tragarte todo y que el cuerpo somatice lo que no estás diciendo.
Es
la perdida de la razón, la decepción y los golpes al corazón.
El
terror es todo lo que evitamos afrontar para poder sobrevivir.
Es
lo que escondemos debajo de la cama, el polvo y la lana gris que se acumula al
pasar los años.
Es
las cosas que no soltamos, es el pasado.
El
terror son los secretos que no podemos contarle a nadie.
Es
las veces que pensamos en suicidarnos.
Es
la gente que nos hace mal y sin embargo no dejamos de amar.
El
terror es la ficción de las películas que tanto anhelamos se vuelvan realidad.
Es
el maquillaje que nos ponemos para aparentar ser lo que no somos: ser más
jóvenes, ser más lindos. Ocultar las ojeras, las canas, la vida que nos pasa.
El
terror es matarnos con una dieta y después atracarnos de comida.
Es
la incoherencia, la disidencia entre nuestros pensamientos y nuestras acciones,
es la depresión existencial.
El
terror es necesitar: necesitar más plata, necesitar un mejor auto, necesitar
una casa más grande, necesitar un amor de telenovela, necesitar una pasión
abrumadora, necesitar un sexo intergaláctico, necesitar siempre un poco más.
El
terror es despertarse a las 5 de la mañana de un salto porque sentías que
estabas cayendo.
Es
tenerle miedo a la muerte, y también sufrir por no temerle en absoluto.
Es
la sensación que te queda cuando alguien deja un lugar vacío.
El
terror es que te digan “adiós”.
Es
que te puedan olvidar.
Es
que exista una facilidad asombrosa para borrarte del mundo.
El
terror es sentirse solo, sentirse vencido, sentirse inútil.
Es
trabajar en algo que no nos gusta, es verse como un mediocre en el espejo.
Es
descubrir que todo lo que deseabas de niño ha sido fusilado.
El
terror es tenerle pánico a todo: a los amontonamientos de gente, a los
escenarios, a los compromisos, a enamorarse, a ser diferente, a hacerse cargo
de uno mismo, a no mentirse, a no mentirles, a no aparentar, a no fijarse en lo
que dicen los demás, a querernos, a que nos quieran, a opinar.
El
terror es el propio ser humano.
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