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Por Gastón Sibilla |
Laboratorio de narrativa La Cosa 2013
Final alternativo a la
película “Misery”, basada en el libro de Stephen King.
Paul, escritor.
Misery Chastain,
protagonista del libro.
Marcia, agente.
¿Y ahora qué pensás?,
pregunta Paul, mientras cruza las piernas, la silla cruje y el sonido que emite
es más fuerte que el que sale de los labios de Marcia. A pesar del dolor que
siente, ella no puede decir una palabra, los calmantes que periódicamente recibe
no le permiten hacerlo.
Luego
de esperar unos minutos por la respuesta que no va a obtener, Paul se pone de
pie, va hacía la ventana, levanta la cortina y la claridad es tanta que debe
cerrar un poco sus ojos para poder ver, toda la noche nevó y el paisaje externo
es completamente blanco, ni las copas de los árboles se distinguen.
Como
escritor nunca había tenido la necesidad de hacerlo ante un bloqueo, había
vivido sí lo que algunos llaman “síntoma de la página en blanco”, y muchos
colegas que lo habían padecido recomendaban ir al lugar en el que transcurre tu
historia, bueno en todos estos años y a pesar de los pequeños bloqueos que tuve,
lo único que necesitaba era venir a Silver Creek, en esta tranquilidad podía
terminar mis libros.
Un
escritor siempre, escúchame bien, siempre en su trabajo habla de lo que vive,
consiente e inconscientemente lo hace, y estoy seguro de que si no insistías
tanto como lo hiciste, con el tiempo hubiese escrito sobre lo que viví dos años
atrás, pero claro, como agente editorial tenés que exigir constantemente algo
que publicar. Llamabas una y otra vez, todos los días, ya lo habías hecho
cuando me viste en el hospital, cuando aún no sabía si podría volver a caminar,
es tu trabajo lo entiendo, las editoriales te pagan porque le entregues libros
nuevos, libros “exitosos”, comerciales, y qué mejor publicidad que un escritor
que narre su desgracia, que cuente sobre lo que padeció con una fanática
demente que lo tuvo cautivo, haciéndolo pasar una de las experiencias más
dolorosas y traumáticas que le tocó vivir.