Mercedes Alegre |
Los sucesos
acontecidos, sus protagonistas y las consecuencias oscilan notablemente según
la versión que se escuche. Esto bien lo sabe Santiago Martínez, quien se ha
nutrido de la biblioteca oculta que posee La Resistencia. Uno de los objetivos
que se plantea este movimiento revolucionario es justamente recuperar la parte
relegada de la historia.
Martínez invirtió
tiempo en la lectura y en la preservación de los documentos antiguos por
interés personal, pues la tarea encomendada por el movimiento era otra. Su
aproximación a La Resistencia y al grupo de Preservación del Español y
Reconstrucción Histórica devino por su relación personal con Otto llich, ex
compañero de escuela y líder del movimiento.
Sin embargo, a pesar de esta cercanía afectiva con la dirección de La Resistencia, Martínez siempre fue lo que podría denominarse un doble agente. Era un miembro del movimiento revolucionario que trabajaba infiltrado en la estructura de Pure Water S.A., pero al margen de las tareas asignadas por la conducción, se dejaba guiar por sus intereses y objetivos. Tener una agenda propia siendo parte de una estructura rígida es inaceptable, y era consciente de que si cualquiera de los bandos se enteraba de sus actividades lo juzgarían y condenarían a muerte.
Sin embargo, a pesar de esta cercanía afectiva con la dirección de La Resistencia, Martínez siempre fue lo que podría denominarse un doble agente. Era un miembro del movimiento revolucionario que trabajaba infiltrado en la estructura de Pure Water S.A., pero al margen de las tareas asignadas por la conducción, se dejaba guiar por sus intereses y objetivos. Tener una agenda propia siendo parte de una estructura rígida es inaceptable, y era consciente de que si cualquiera de los bandos se enteraba de sus actividades lo juzgarían y condenarían a muerte.
Debido a esto,
Martínez se había aferrado a un bajo perfil dentro de lo que le permitían sus
obligaciones y defendía férreamente su privacidad. A pesar de estar acercándose
a los cincuenta años, no había tenido una pareja estable ni hijos. Sabía que podía
considerarse afortunado, pues que un descendiente de locales hubiera accedido a
la universidad era inaudito. Este privilegio había sido resultado del alto
coeficiente intelectual con el que había nacido y que Martínez había aprovechado
para recibirse de ingeniero y lograr un puesto en la planta potabilizadora y
exportadora de agua.
Este elemento
se había transformado con el paso de los siglos en la medida monetaria del
planeta, destronando al oro, que al perder utilidad había disminuido en valor.
De acuerdo a algunos documentos que lograron ser ocultados y escaparon a la
prohibición, Martínez tuvo conocimiento de que el orden mundial actualmente
imperante había sido decidido en su origen mediante un acuerdo entre las dos
grandes potencias del momento. Como la historia es cíclica, en el año 2300 se
revivió lo que en algún momento fue llamada la Guerra Fría.
En ese
entonces se desencadenaron las guerras para disputarse la poca agua dulce que
todavía existía para consumo humano, y los países dominantes, Estados Unidos y
China, únicas naciones poseedoras de armas de destrucción masiva, se dividieron
equitativamente los hemisferios.
China se
apoderó del Oriente, avanzó sobre Europa y dominó África. Por su parte Estados
Unidos tomó naturalmente posesión del resto de América y de Oceanía. Las divisiones limítrofes de Latinoamérica
desaparecieron, derribadas por un gobierno totalitario de habla inglesa.
El gobierno central de América se encontraba regido en
2700 por Christopher Dood, con asiento en Washington. En este punto del planeta
quien concentraba el poder de mando era la Generala Marilyn Smith, quien bajaba
sus órdenes a través de la traductora Helena Ramírez que era su escolta
permanente.
La zona conocida anteriormente como Acuífero Guaraní se
había transformado en la sede de Pure Water S.A., la planta
potabilizadora y exportadora de agua más grande del continente. La fábrica se alimentaba del reservorio
subterráneo de agua dulce que se extendía por la zona donde antiguamente estaban
situados los países denominados Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay.
La cercanía del 500º aniversario de la Segunda Colonización
había despertado nuevos vestigios de rebeldía e incrementado el ardor del
movimiento revolucionario. Después de muchas generaciones peleando en la
clandestinidad, los autodenominados “resistentes” estaban ansiosos por acometer
la batalla final. Dentro de este entramado de planes, Santiago Martínez estaba
destinado a jugar un papel destacado. Hombre seguro de sí mismo, determinado y
acostumbrado a confiar en su inteligencia, no supo prever el curso de los
acontecimientos que protagonizaría.
Puede situarse el origen de la cadena de eventos que se
precipitaron en la misión encargada a Martínez por La Resistencia. Este
movimiento revolucionario tenía como propósito máximo tomar el control de Pure
Water S.A., apoderarse de su producción y con esta en sus manos crear un área
de gobierno bajo el dominio local.
La oposición contra los invasores había nacido con la
oleada de guerras, pero fue la prohibición del idioma español por parte del
gobierno americano lo que cristalizó la disconformidad y unificó la voluntad
rebelde en un movimiento antagonista encubierto. Sus filas se fueron engrosando
con el paso de los años debido a que la mayor parte de la población del NEA se
vio sumida en la pobreza, pues la Segunda Colonización benefició económicamente
a muy pocos, los mismos de siempre que lograron acoplarse a los conquistadores y
hacer negocios.
El primer líder de La Resistencia fue Mirko llich, el tara tara abuelo de Otto, quien gracias a su labor
como bibliotecario consiguió resguardar una tarjeta de memoria en la que
almacenó libros y documentos históricos escritos en castellano. Ahora que Otto
había pasado a encabezar el movimiento, muchos de los resistentes creían
místicamente en una suerte de legado familiar que conduciría a La Resistencia a
la victoria.
llich y Martínez se conocieron en la primaria, nivel escolar
que los locales tenían derecho a cursar. Por tradición familiar, Otto era
integrante de La Resistencia desde pequeño y fue el primer contacto de
Sebastián con el movimiento revolucionario. De hecho, por intermedio de llich, Martínez fue reclutado en la adolescencia al hacerse
evidente su capacidad intelectual, anticipando el futuro que podría esperarle.
Las expectativas depositadas en el liderazgo de llich parecían justificadas. Aprovechando la
efervescencia por la proximidad del aniversario, Otto había desarrollado un
ambicioso plan para golpear al gobierno americano. La responsabilidad máxima de
la conducción de las acciones fue depositada en Sebastián, hombre que gracias a
su carrera laboral había alcanzado una importante proximidad con la plana
directiva de Pure Water S.A.
El ingeniero se dedicó a la tarea encargada con la sangre
fría y el desapego que lo caracterizaban. Empezó a cortejar a Helena Ramírez
con la sutileza y la paciencia de un hombre acostumbrado a esperar que los
resultados correspondan a sus deseos. Y no se sabe si por atracción genuina o
guiada por el aburrimiento, Ramírez no tardó en responder a las insinuaciones
de Martínez.
La traductora y el ingeniero comenzaron a vivir así un tórrido
amorío de oficina a escondidas. Como las relaciones entre los compañeros de
trabajo no estaban permitidas en la empresa, la pasión se veía alimentada por
las precauciones a tomar y por la emoción que conllevaba el secreto.
Esta situación de clandestinidad se ajustaba de manera
perfecta a los planes ulteriores de La Resistencia. De más está decir que para
el movimiento revolucionario Helena era lo que podía denominarse una víctima
colateral. El objetivo final de la acción era utilizar su proximidad y su
confianza con la Generala Smith para conseguir acercarse a la militar y
eliminarla.
Los meses de romance transcurrieron de manera tranquila y
placentera según lo planeado. Martínez debió sacrificar algo de su privacidad
pero supo mantener estricta reserva sobre algunos aspectos de su vida. Era
introvertido pero carismático y podía manejar con soltura el arte de la
conversación si las circunstancias lo exigían. Helena entró en confianza de
inmediato y suprimió sus recelos. La Resistencia fue enterándose así de las
actividades diarias de la Generala Smith, sus horarios y los lugares que
frecuentaba.
Los acontecimientos hubieran tenido un desenlace
diferente si Martínez no se hubiera dejado guiar por el germen de egocentrismo
depositado en su carácter. Además de obedecer y cumplir con las misiones
encomendadas por el movimiento, el ingeniero trabajaba en forma oculta para
fabricar una sustancia que pudiera reemplazar al agua en el interior de las
células humanas. El líquido se inyectaría y una vez asimilado por el organismo
se incorporaría a las células produciendo que las personas no tuvieran que
consumir agua para subsistir. Una vez liberados de la utilización del fluido vital,
Pure Water S.A. y la estructura política y militar sobre ella construida
perderían sentido.
El compuesto no estaría completo hasta no ser probado en
seres humanos y poder monitorear su reacción. Tal vez guiado por la ansiedad,
cansado por la situación forzada de noviazgo o por confiar en exceso en su
inteligencia, Martínez decidió testear su invento con la persona con la que
poseía más cercanía. Después de una noche de pasión, buscó una jeringa e
inyectó a Helena que dormía profundamente a su lado. Ella se agitó en sueños,
sin despertarse del todo y no mostró ninguna respuesta a la inoculación.
Los efectos se dejaron ver recién a la mañana siguiente,
en plena reunión de la plana directiva de Pure Water S.A. Súbitamente la
traductora enmudeció y quedó inmóvil como si hubiera entrado en una especie de
trance, sus funciones vitales siguieron activas pero cayó en una especie de
coma. Por más esfuerzos médicos que se hicieron no pudieron recuperarla, y
Ramírez quedó internada atrapada en un estado vegetativo.
Ni bien tuvo noticia de lo sucedido, Martínez emprendió
la huida. La amenaza se cernía por ambos flancos, pues tanto desde el gobierno
como de La Resistencia podrían ser capaces de atar cabos y descubrir su
responsabilidad.
Su conexión con el movimiento revolucionario de hecho fue
prontamente descubierta y las filas de La Resistencia fueron masacradas. La
batalla final se produjo a orillas del Paraná, en la que perecieron Otto llich
y los cabecillas que quedaban. Las últimas informaciones que se tuvieron de Martínez lo situaron en la
ciudad anteriormente llamada Buenos Aires, al parecer su pretensión era
exiliarse en el Oriente pero se desconoce si tuvo éxito.
El triunfo sobre La Resistencia fue utilizado por el
gobierno americano para exhibir su fortaleza y profundizar su modelo de
gestión. Las medidas de seguridad y la vigilancia sobre los locales se vieron
incrementadas aprovechando el marco de los festejos por el 500º aniversario de
la colonización.
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