Gastón Sibilla |
Escribo en una de las últimas hojas, sé que tuve que haber traído más cuadernos, claro que lo sé ahora que se termina éste que tengo, pero cómo pude haberlo imaginado antes de salir.
No,
jamás lo hubiese pensado. Todo lo que hice fue meter en la mochila algunas
latas de atún y arvejas, la linterna, a mi campera la traje puesta a pesar del
calor, pensando en futuros inviernos.
Hace
semanas que vago sin rumbo, sin tener algún lugar al que llegar, cargando lo
que encontré, también lo que voy encontrando a mi paso.
La
radio y las pilas fue otro de los objetos que traje y ahora es mi guía, me
indique hacia donde ir, en ella escucho las transmisiones de los sobrevivientes
y camino buscándolos.
Aquella
mañana escuchaba las noticias que se tornaron dramáticas, alarmantes e
inmediatamente supe que no podía quedarme, debía partir, dejar atrás esa ciudad
y mientras pensaba en las llaves del auto apagué la radio y la metí en la
mochila junto a las seis pilas, guarde los alimentos, la linterna, pero cómo iba
a pensar en más cuadernos, sí hasta al botiquín lo guarde solo porque lo vi
cerca.
Hui
de mi ciudad con prisa, no pensaba en lo que iba a necesitar, porque no sabía
qué ocurría, no sabía de qué debía escapar, o por cuanto tiempo estaría vagando
de ciudad en ciudad, o mejor dicho de lo que queda de las ciudades, solo guardé
lo que vi a mi paso y salí.
Luego
de no sé cuantos kilómetros el auto fue lo primero que tuve que descartar, poco
combustible, aunque me sirvió para alejarme con prisa. Ahora, caminando, espero
llegar a la próxima ciudad, o lo que queda de ella, para buscar algún nuevo
cuaderno, u hojas, o lo que sea para escribir. No sé porque pero tengo que
hacerlo, escribir y escribir, contar lo que recuerdo de la ciudad en la que
vivía, escribir de las ciudades que veo ahora.
La
comida es poca aunque no me preocupa tanto como la falta de papel, mi campera sigue
siendo inútil en este clima, lo que me hace pensar que aún sigo en Chaco o en
el nordeste a pesar de todo lo que viaje, pero de todas formas voy a seguir
cargando con ella, quizás más adelante me sirva, lo que sí es imprescindible es
encontrar agua, no confío en la de los ríos o arroyos y las botellas que traje
se acabaron.
Aquellas
formas lejanas parecen construcciones, quizás sea un pueblo o una ciudad,
tendría que buscar una brújula ya que el mapa de poco me sirve si no tengo una
orientación y el cielo cubierto por esta nube gris no me permite siquiera ver
el sol. Si comienzo a caminar ahora tendría que llegar en media hora entonces
que sea este el punto final, hasta que consiga un nuevo cuaderno.
*
La
buena noticia es que conseguí agua, comida, pilas para la radio y algunas hojas
sueltas para seguir escribiendo, lo que podría considerarse una mala noticia es
que por la radio acaban de confirmar lo ocurrido. Un colapso en el sistemas de
seguridad de todas las plantas nucleares del mundo, al parecer un virus
informático determino las explosiones masivas, un sabotaje perfectamente
sincronizado a nivel mundial o es lo que se cree, quizás sean ecologistas o
terroristas, nadie sabe quién o por qué, lo cierto es que hay que alejarse de
todos los lugares cercanos a las centrales nucleares, en la Argentina la
reactivación de una planta en Córdoba y un par en el vecino Brasil, crearon la
gran nube gris que tapa esta parte del país.
Todavía
todo esto me parece difícil de creer
pero no puedo arriesgarme, debo partir, quizás en mi rumbo me encuentre con mas personas que tengan noticias.
Ahora
escribo de lo que escuche, de que tengo que partir, y me es inevitable también
preguntarme ¿por qué no hay mas personas?, no vi a nadie, ni cuando salí de mi
casa, ni en la ruta, pero bueno supongo que mas adelante encontraré respuestas,
ahora lo que tengo que hacer es seguir, caminar hacía el otro lado del país, dijeron
en la radio que cerca de la cordillera se
están reuniendo, que ahí el aire es distinto y el cielo más claro.
Tengo
que marchar espero más adelante encontrar otro vehículo, por ahora con el agua
y la comida no voy a tener problemas, tengo que caminar y escribir lo que veo, también
lo que escucho en la radio, son muchas mis preocupaciones, pero ahora tengo
algo de comida, agua, y también claro más hojas para escribir.
Gastón, me gusta la voz que estás trabajando; la primera persona es un desafío interesante, sobre todo si el tema es un apocalipsis. De todas formas tenemos que ejercitar más la prosa, más "gimnasia rítmica", la estética de la forma: "La velocidad de las cosas", "Esperanto", Rodrigo Fresán. Si ya los leíste, metete de lleno con "La carretera" de Cormac McCarthy.
ResponderEliminar